Magia, danza y acrobacias
   
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El Adelanto, 26 de agosto de 2005
J. T. M.

   El público es incombustible, casi tanto como los programadores. Con frenesí, van de un escenario a otro, del Teatro Nuevo al patio de Los Sitios; de la plaza de San Salvador al palacio de Los Aguila. Y, si no, está la calle, con sus espectáculos al aire libre, que colman las mayores ansias de los espectadores por la libertad que ofrece el seguimiento de los montajes. 
  Variedad y diversión, sobre todo esto último se vio ayer en los espacios escénicos de la tercera jornada. Dejando aparte los espectáculos de raigambre castellanoleonesa, la sección oficial contó con montajes procedentes de Cataluña --Teia Moner y Senza Tempo--, mientras que de Extremadura llegó Samarkanda, una compañía habitual en los últimos años en la programación. 
                         

 

   Magia 
   El cine Juventud acogió ayer el montaje Minimal Magic , una parodia sobre la magia que presentó Teia Moner, una artista con más de 25 años sobre los escenarios. Por su parte, los también catalanes Senza Tempo llegaron a la Feria con El bosque de Marcela , un trabajo escénico a medio camino entre el teatro, la danza y la poesía que tuvo como escenario la plaza de San Salvador, muy concurrida de público.
   Este espectáculo fue estrenado con gran éxito en el Fórum de las Culturas de Barcelona y puede definirse como una pieza de teatrodanza en la que el juego es la esencia.   Tomando el juego de la oca, que esconde un simbolismo universal, Senza Tempo construye su propio laberinto y su propio tablero de juego. Cuatro personajes llegan al jardín del azar, son cuatro jugadores que se rebelarán contra su anfitrión. 
   Finalmente, los extremeños de Samarkanda se acercaron anoche a la muralla de Ciudad Rodrigo, concretamente en la falsabraga entre las puertas del Conde y del Sol, con su espectáculo De capa y espada , un montaje al aire libre que captó la atención del público mediante acrobacias aéreas, danzas o zancos, unidos a todos los elementos del teatro del Siglo de Oro. 
   La obra estuvo dividida en ocho actos alimentados de varios autores clásicos españoles y contó con la participación de otros tantos actores, que ejercieron labores de músicos, actores, acróbatas, bailarines y técnicos. 
   Buscando la cercanía del espectador, Samarkanda también recurrió a los efectos de una espectacular pirotecnia y de unas atractivas proyecciones audiovisuales que llamaron la atención del numeroso público que se acercó a Bolonia. 

   

  
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