La Feria de Teatro vendió ayer más de la mitad de las entradas para los espectáculos de la octava edición. La taquilla se abrió a las doce y cerró a las dos y media. Un tercio de la venta fue por teléfono, medio muy utilizado por las personas que residen fuera. La fila de personas comenzó a formarse a las 9:30 de la mañana. Cuando se abrió la taquilla, había un centenar de personas esperando, cifra que se mantuvo durante las dos horas. Se terminaron las entradas de los aforos pequeños, como los cuentacuentos y la magia de Teia Moner.
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