El rey viaja. Madrid, Trujillo, Mérida, Badajoz, Elvas, Estremoz, Évora, Mon-temor, Almada, Belém y Lisboa. Todos se burlaban ya de esta supuesta travesía, cuando se percataron de que, esta vez, la intención se había consumado. Desde su coronación, dos décadas atrás, no pasaba de la promesa. Pero ahora se lo ve a las puertas de Lisboa, esperando hacer su entrada triunfal. La antigua capital, otrora centro de la civilización occidental, todavía está ultimando su recepción, engalanándose como nunca, cual amante que todo se lo juega para seducir y conquistar. No es fácil cautivar al Señor del Mundo. Rey de España, de Portugal y de los Algarves, de aquí y de allá. Del mar en África, de Nápoles y de Sicilia. Felipe de nombre, como nombre de una dinastía. Felipe tercero, pero también segundo. Aquel que se desvió de las promesas del padre, y debilitará a un Portugal antaño tenido como territorio preservado en su influencia y autonomía. ¿Cómo será ahora, en el año de la gracia de Nuestro Señor Jesucristo de 1619? Hay que recibir y convencer al Rey, el Rey hará su entrada... ¡y es en esta misma entrada donde se hace irrumpir una sorprendente historia de capa y espada que hará cortar la respiración!